La nube (que viene del inglés Cloud computing), es el nombre que se le otorgó al
procesamiento y almacenamiento masivo de datos en servidores que alojen
información de sus usuarios. Todo esto nació de la idea del acceso instantáneo
y en cualquier momento a tus datos, donde sea que estés, tanto en dispositivos
móviles como teléfonos inteligentes, tabletas, así como de computadoras de
escritorio.
Sirven a sus
usuarios desde varios proveedores de alojamiento repartidos frecuentemente por
todo el mundo. Esta medida reduce los costes, garantiza un mejor tiempo de
actividad y que los sitios web sean invulnerables a los hackers, a
los gobiernos locales y a sus redadas policiales.
El cambio que
ofrece la computación desde la nube es que permite aumentar el número de
servicios basados en la red. Esto genera beneficios tanto para los proveedores,
que pueden ofrecer, de forma más rápida y eficiente, un mayor número de
servicios, como para los usuarios que tienen la posibilidad de acceder a ellos,
disfrutando de la ‘transparencia’ e inmediatez del sistema y de un modelo de
pago por consumo. Así mismo, el consumidor ahorra los costes salariales o los
costes en inversión económica (locales, material especializado, etc.).
El término
“nube” se utiliza como una metáfora de Internet y se origina en la nube
utilizada para representar Internet en los diagramas de red como una
abstracción de la infraestructura que representa. Un ejemplo sencillo de
computación en nube es el sistema de documentos y aplicaciones electrónicas
Google Docs / Google Apps. Para su uso no es necesario instalar software o
disponer de un servidor, basta con una conexión a Internet para poder utilizar
cualquiera de sus servicios.
Lo mejor de todo es que la nube no fue
creada para personas expertas en tecnología, sino para el usuario final que
quiere solucionar las cosas de manera rápida y simple. Por ese motivo la
mayoría de los servicios que hacen uso de esta tecnología son de lo más fáciles
de usar.
Probablemente estés utilizando la nube a
diario. Uno de los ejemplos más claros es el correo electrónico a través de tu
navegador. Cuando accedés a tu e-mail (Hotmail o Gmail,) tienes la información
en Internet a la que puedes acceder de manera rápida. Lo
único que hay que hacer es ingresar a un sitio y poner una clave. podras
acceder a todos tus correos, contactos y archivos adjuntos alojados en
servidores de las diferentes empresas.
Pero
el acceso desde cualquier lugar y en cualquier momento no es la única ventaja
de la nube. Este paradigma también te permite aprovechar mejor los recursos de
tu PC. Picasa, que es un servicio para alojar imágenes, permite editar las
capturas a través de Internet (darle brillo, rotarlas, cortarlas, etc.), sin
necesidad de tener ningún software alojado en tu computadora. De esta forma, el
esfuerzo de procesamiento se aloja en los servidores de Google y no en tu
PC.
Entre
las características que tiene la nube destacan:
· Rápida:
Los servicios más básicos de la nube funcionan por sí solos. Para servicios de
software y base de datos más complejos, la computación en nube permite saltarse
la fase de adquisición de hardware y el consiguiente gasto, por lo cual es
perfecta para la creación de empresas.
· Actual:
La mayoría de los proveedores actualizan constantemente su software, agregando
nuevas funciones tan pronto como están disponibles.
· Elástica:
Adaptable rápidamente a negocios en crecimiento o de picos estacionales, ya que
el sistema en nube está diseñado para hacer frente a fuertes aumentos en la
carga de trabajo. Esto incrementa la agilidad de respuesta, disminuye los riesgos
y los costos operacionales, porque sólo escala lo que crece y paga sólo lo que
usa.
· Móvil:
El sistema en nube está diseñado para ser utilizado a distancia, así que el
personal de la empresa tendrá acceso a la mayoría de los sistemas en cualquier
lugar donde se encuentre.
· Económica: El
proveedor ofrece servicios a multiples empresas, las cuales se benefician de
compartir una moderna y compleja infraestructura, pagando solamente por lo
que realmente utilizan, eliminando así gastos en infraestructura innecesaria.
La
nube te evita tener que instalar tú los programas en tu PC, tu laptop o todos y
cada uno de los múltiples equipos de una red. Y no sólo te evita instalar el
software, sino preocuparte por actualizar los programas o hacer upgrades. Tu
proveedor de la nube se encarga también de eso por ti. Casi el único programa
que necesitas tener instalado es un navegador de Internet con el que acceder a
la nube y trabajar en ella.